En una historia dominada por los nombres masculinos, dos mujeres han sobrevivido a la historia del violín durante el S. XVIII. Ellas fueron Magdalena Lombardini de Sirmen, nacida en 1735 en Venecia (Italia) y Regina Strinasacchi, nacida en 1764 en Mantua (Italia).
Esta última cautivó tanto a Leopoldo Mozart (padre) como a Wolfang Amadeus Mozart (hijo).
El primero escribió sobre ella:
Cada nota que ella toca, transmite un profundo sentimiento. Incluso en una sinfonía, su interpretación es expresiva. No hay nadie que pueda tocar un Adagio con más delicadeza y sentimiento. Pone su corazón y su alma en cada nota.
Y acaba diciendo
En general podría decir que una mujer con talento toca con más expresividad que un hombre.
Leopoldo Mozart (1785)
🤔🤨…
Y el segundo (el hijo) también la alabó en una carta escrita el 24 de Abril de 1784. E incluso llegó a escribirle esta sonata 👇🏻
Sonata para Violín en Si bemol Mayor K. 454, nº 32
Aquí os dejamos una grabación de 1956 del grandísimo violinista David Oistrakh
Mozart y Regina interpretaron por primera vez juntos esta sonata en Viena en 1784, donde Regina tocaba con un magnífico Stradivarius que vendió en 1822.