No podemos estar orgullosos de que se ahora (s. XXI) cuando están empezando a tener amplificación las mujeres en la “música clásica”. Aceptamos con normalidad asistir a un concierto y que el 100% de las obras programadas sean de varones.
Pero… ¿no han existido mujeres compositoras, interpretes, grandes pedagogas? ¿O simplemente aun no las hemos descubierto?
La primera ley para la “igualdad en el ámbito de la creación y producción artística e intelectual” data de 2007. Y no entra a formar parte del curriculum como objetivo hasta el Real Decreto de 2014.
Pero las mujeres han formado parte de la música desde tiempos muy antiguos.
Ya en la Antigua Grecia las musas (inspiradoras de música y poesía) eran mujeres. Así tenemos a Euterpe, por ejemplo, musa de la música y gran flautista. Ellas eran hijas de Zeus.
También en Egipto encontramos Diosas de la música como Hathor o sacerdotisas que se encargaban de tocar diferentes instrumentos.
Posteriormente, en las abadías, destacan numerosas hermanas compositoras como la Abadesa de Argos o Hildegarda von Bingen.
Y llegamos al Barroco, clasicismo, romanticismo… El papel de la mujer fue realmente importante en estas épocas pero siempre quedaban relegadas a segundo plano o bien su trabajo compositivo y musical acababa cuando entraba en edades casaderas. Es el caso, por ejemplo, de Nanerl Mozart, hermana del famosísimo Wolfang Amadeus Mozart.
Es en este momento cuando “la pequeña española” como llamaba Haydn a Marianne von Martinez (austriaca de descendencia española) entra en acción. Nacida en 1744, el hecho de que en ese momento gobernara una emperatriz fue clave para el futuro de esta compositora, llegando a convertirse en una de las compositoras más influyentes del clasicismo. Fue, a su vez, una de las primeras alumnas de la Academia Musical de Bolonia y de las primeras en ser nombrada Doctor Honoris Causa.
Aquí os dejamos una hermosa sinfonía que compuso o un concierto para piano y unos libros que quizá os gusten.













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